LA ARQUITECTURA
DE LA IMAGEN
DIGITAL
digital image architecture
Lino García; José Pereira
Universidad
Politécnica de Madrid
…………………………….
Recibido: 07_05_2019
Aceptado: 12_07_2019
Publicado:30_09_2019
…………………………….
https://doi.org/10.5281/zenodo.7656742
Cómo citar este
artículo
García, L. & Pereira, J. (2019). La Arquitectura
de la Imagen Digital.
ASRI. Arte y Sociedad. Revista de Investigación en
Arte y Humanidades Digitales (17), 122-134
Recuperado a
partir de http://www.revistaasri.com/article/view/5387
Resumen
¿Qué es la imagen? En torno al concepto
de imagen se ha especulado desde el que el hombre utilizó una imagen para
referirse a otra, desde el propio nacimiento del lenguaje. La imagen se ha
desmaterializado, transcodificado, discretizado, datificado, codificado, e inunda todos los espacios: reales
y virtuales. Es preciso comprender la arquitectura de la imagen (el
arte de construir imágenes), no solo
para representar sino también para su permanencia.
Palabras clave
Imagen, Imagen-Código, Formato, Datos, Metadatos,
Naturalidad, fidelidad y utilidad de la imagen, Preservación,
Transcodificación, Presentación.
Abstract
What is image? Around the concept of image there has
been speculation that man used one image to refer to another, from the very
birth of language. The image has dematerialized, transcoded, discretized, datified, codified, and floods all spaces: real and virtual.
It is necessary to understand the architecture of the image, not only to
represent but also for its permanence.
Keywords
Image, Image-Code, Format, Data, Metadata, Image Naturalness, Fidelity
and Usefulness, Preservation, Transcodification,
Presentation.
1. Imagen digital
La imagen no es la realidad. No es
algo, sino la representación en nuestra mente de ese algo. Imagen es signo, una
forma simbólica de conocimiento (Jiménez 2004). Puede ser material (depositada
en un substrato), o inmaterial (almacenada en un substrato y representada
mediante algún gasto energético). Según esta definición, es posible considerar
«imagen material» lo que se percibe al mirar un lienzo o una fotografía e
«imagen inmaterial» lo que se percibe al proyectar una película[1]
o mostrar una imagen digital en pantalla. La imagen digital es una imagen
discreta de una imagen continúa almacenada en un substrato (memoria, disco,
etc.) de forma binaria, es Imagen-Código. La imagen material es código visual,
la imagen inmaterial es código máquina; necesita de una máquina para revelar el
código visual. La imagen-Código es objetiva y, por ello, importante en la
conservación-restauración de la imagen.
La imagen, como representación, ha sido
tratada por varios autores entre los que destacan Henri Bergson, Gilles Deleuze
y José Luis Brea. Para Brea (2010) existen tres tipos de imagen: Imagen-Materia
(material), Imagen-Film (híbrida) e Imagen-Electrónica (inmaterial). Bergson-Deleuze
descomponen la imagen en Imagen-Espacio, Imagen-en-Movimiento e
Imagen-Movimiento e Imagen-Tiempo. En general ha tenido lugar un proceso de desmaterialización
de la imagen según el dominio: espacio-movimiento-tiempo hasta llegar a la
Imagen-Código (García 2019) como se muestra en la Figura 1.
Imagen-Código
Figura 1. Imagen. Relación
entre el mundo de las imágenes de Bergson-Deleuze y Brea.
La imagen continua (Imagen-Film,
Imagen-Electrónica) es inmaterial; es una representación de la realidad
infinita (se podría decir que una imagen continua está compuesta por un
conjunto infinito de imágenes infinitesimales). La imagen discreta
(Imagen-Código) es inmaterial, virtual; es una representación discreta de la
realidad infinita (se podría decir que una imagen discreta está compuesta por
un conjunto finito de imágenes “lo suficientemente pequeñas”[2]).
La Imagen-Código es la sustancia de los Nuevos Medios y una herramienta valiosa
para la preservación de la Imagen. La imagen más pequeña de una imagen discreta
es el píxel[3].
El concepto de pixel no es nuevo. El mosaico romano (véase
Figura 2) es para el artista Jim Campbell el origen del píxel. El pixel, píxel o pel (picture element), es el elemento básico de una superficie o
imagen digital. Cualquier imagen puede ser construida con una matriz de píxeles de colores homogéneos. El vóxel
es la unidad cúbica básica (mínima procesable) de un volumen u objeto digital
tridimensional. El pixel y el vóxel
son los ladrillos de la arquitectura de la imagen digital (2D y 3D respectivamente).
Cada píxel está definido
fundamentalmente por dos parámetros[4]:
luminancia y crominancia. Ambos definen, en determinada escala, la intensidad,
parte acromática y el color, parte cromática, de la misma forma que en el
sistema de visión humana los conos y los bastones procesan el matiz y la
intensidad, respectivamente. Ambos están estandarizados y pueden ser medidos
objetivamente. En una imagen digital ambos están restringidos a solo un
conjunto de valores determinado por el número de bits que se utilicen para
representarlo.
Figura 2. Ecclesia
romana, siglo XII. d.C. Mosaico policromo dalla Basilica
di San Pietro. Museo Barracco, Roma.
2. Naturalidad, fidelidad y utilidad de la imagen
La Imagen-Código puede ser más o menos natural,
fiel o útil (Yendrikhovskij 2002). La
naturalidad es el grado de correspondencia entre el recuerdo o representación
mental que se tiene entre una imagen y la escena que representa dicha imagen. La
fidelidad de una imagen está determinada por el grado de correspondencia con la
escena a la que representa a nivel de luminancia y crominancia. La utilidad de
una imagen está determinada por la correspondencia entre la satisfacción de determinadas
necesidades en función de la finalidad que se le exija.
La «calidad
de la imagen» en términos de fidelidad es un tema complejo, que implica una
importante contribución de la naturalidad, como recuerdo o representación
mental, y la discriminación del color, en la búsqueda de la correspondencia
entre escena su representación (Yendrikhovskij 1999).
La fidelidad de la Imagen-Código es un medio
de preservación de los atributos que describen una obra de arte, un bien
cultural o un documento. La Imagen-Código es una herramienta de preservación
del valor informativo o científico[5] (Ballart 1997)
de un artefacto, ya que el propio valor simbólico[6] solo puede ser preservado
mediante la conservación de la propia obra como artefacto. De igual forma, la Imagen-Código
se puede presentar como un medio para la descripción de evidencias, tales como
formas de alteración, técnicas de elaboración, etc.
3. Formato. Datos y metadatos
Lev Manovich
denomina transcodificación al proceso del que resulta la imagen digital (Manovich 2006). La imagen digital, por lo tanto, satisface
determinadas características importantes y deseables como son: descripción en
términos formales (matemáticos), posibilidad de manipulación algorítmica,
modularidad, automatización (lo cual suprime la intencionalidad humana) y
variabilidad (copias idénticas pueden existir en versiones distintas). Según Manovich cualquier medio (imagen continua) puede ser convertido
en un nuevo medio (imagen discreta) lo que permite la sustitución de categorías
culturales y conceptuales de igual significado pero distinto código, formato y
categorización. Este proceso se conoce como remediación.
La imagen digital es, gracias a la
transcodificación, «Imagen-Código». La sustancia de la Imagen-Código es la información:
datos y metadatos, independientemente del soporte que la contenga. Los datos
contienen información de la imagen, los metadatos contienen información de los
datos. La información es imperecedera.
¿Si la información es imperecedera, por
qué una imagen puede ser vulnerable a la obsolescencia tecnológica? Porque esa
información es almacenada en un substrato con determinada organización o
formato. Es el formato lo que es obsolescente, no la imagen en sí. El formato
determina qué información se almacena y cómo. Por ejemplo: ancho, alto (en
píxeles), resolución (dimensión del píxel), espacio de color, parámetros
intrínsecos y extrínsecos de la cámara, procesos de codificación, etc. El
formato, dicho de otra manera, es metainformación, metadatos, datos acerca de
datos.
Para que la Imagen-Código sea
considerada fiel debe mantener, entre otros, los valores de luminancia y
crominancia constantes a través de todos los dispositivos que intervienen sobre
ella[7], independientemente del
atributo de naturalidad o representación mental que podamos tener de la escena
representada, así la imagen fiel es útil
para la transmisión de la imagen natural. Lo contrario no es posible.
Los metadatos son contenedores de
datos. Entre ellos los denominados de “preservación”, que deben ser integrados
en la imagen para facilitar su comprensión. Los metadatos pueden ser pasivos
(datos) o activos (procesos). El formato de las imágenes en bruto utiliza un
esquema de metadatos denominado Exif (Exchangeable image file format).
Los metadatos pueden describir datos genéricos (ancho, alto,
bits por muestra, compresión, modelo de la cámara, imagen de previsualización, orientación,
resolución X e Y, unidades de la resolución, fecha de modificación, artista, derechos,
tiempo de exposición, número F, programa de exposición, ISO, etc.), específicos
(configuración de los componentes, velocidad de disparo, apertura, flash, distancia
focal, modo macro, auto-temporizador, calidad, modo de enfoque, modo de
grabación, escala digital, contraste, saturación, rango de enfoque, modo de
exposición, tipo de lentes, rango de distancia focal, unidades del foco, rango
de apertura, etc.) e incluso datos acerca del procesamiento de la imagen (perfiles
de color o cámara, curvas de tono, balance de blanco, etc.).
Todos estos datos facilitan objetivar
las características, no solo de la imagen, sino también de la máquina que
captura la imagen y del contexto que da lugar a ésta. Los metadatos de una
imagen son el pilar fundamental para su comprensión en un tiempo futuro; es
decir, no solo nos hablan del contenido de la imagen, sino que también de su
método de producción. Esta es la información más relevante de una imagen para
su preservación.
Así, uno de los pilares del control de
calidad es la elaboración de una documentación que permita comprender los
procesos aplicados a la imagen; desde la trazabilidad, repetitibilidad
y evaluación continua de los mismos. Según la ISO 9001, la documentación permite
la comunicación del propósito y la coherencia de la acción. De esta forma, es
impensable cualquier protocolo de control de calidad sin una documentación
pertinente que describa los flujos de trabajo seguidos con el fin de poder ser
comprendida por todos los usuarios implicados en un proyecto.
4. Preservación
Según la UNESCO, en el contexto de la
documentación, la preservación son aquellas tareas encaminadas a asegurar el
acceso a la información (Edmondso 2002). En el ámbito
de la transcodificación la preservación tiene una doble vertiente, la Imagen “en
sí”, como obra/documento y la Imagen “para sí”, como herramienta de
preservación de la información del objeto al que representa. Así, el valor de
la transcodificación se entiende como una herramienta de preservación que
garantiza el acceso a la información, o valor informativo (Ballart
1997) de la obra. Y al mismo tiempo, el acceso a la imagen “en sí”, asegura el
acceso a la información.
La Imagen-Código puede ser leída por
una máquina a nivel de bits, pero no interpretada a nivel de formato, de forma
análoga puede ser interpretada a nivel de bits y formato, pero no ser
comprendida por un ser humano. Para que una máquina pueda interpretar a nivel
de formato una imagen, debe disponer, no solo de la información de ese formato
correctamente especificada, sino también de un programa (código) que sea capaz
de leer ese formato. Existen muchos formatos, pero para asegurar la
interpretación en un tiempo futuro deben cumplir algunas premisas:
·
Debe conservar íntegramente la información.
Los formatos de comprensión con pérdida, como el JPEG, se basan en eliminar
aquellas frecuencias, e información, que están fuera de la percepción del ser
humano, pero no por encontrarse fuera de nuestra percepción deja de ser parte
de la información que describe la obra.
·
Debe ser estándar. Los estándares pueden
ser “de iure”, creados y mantenidos por comisiones internacionales (ISO, ASTM,
IEC, etc.) o “de facto”, mantenido por una compañía o colectivo de usuarios. Que
un formato lo use mucha gente o sea impuesto por una gran compañía de forma hegemónica,
no lo convierte en un estándar óptimo para la preservación a largo plazo, ya
que en cualquier momento puede dejar de serlo, por interés de la compañía que
lo sustenta o de los propios usuarios.
·
Debe ser abierto, modificable y
evolutivo. La evolutividad[8] de un formato debe
garantizar la retro-compatibilidad. Es muy aconsejable
que fuese de dominio público. Los proyectos colaborativos son mucho más
sensibles a la conservación que los proyectos empresariales.
Tabla
1. Formatos de la imagen en mapa de bits.
Formato |
Estándar |
Comprensión |
Propietario |
Uso |
Compatibilidad |
Pérdida |
JPEG |
ISO/IEC
10918 |
JPEG |
Publico |
Muy
usado |
Muy
alto |
Sí |
TIFF |
ISO
12234-2, ISO 12639, etc. |
LZW |
Privado |
Muy
usado |
Muy
alto |
No |
JPEG |
Publico |
Poco
usado |
Bajo |
Sí |
||
DEFLATE |
Publico |
Poco
usado |
Bajo |
No |
||
PNG |
ISO
15948 |
DEFLATE |
Publico |
Poco
usado |
Alto |
No |
DNG |
NO |
DEFLATE |
Publico |
Poco
usado |
Bajo |
No |
·
Debe poder encapsular metadatos
generales, específicos e incluso particulares. Existen iniciativas como el
estándar MIDI (Musical Instrument Digital Interfaz)
que han demostrado una antifragilidad[9] inusual y admirable.
La ventaja de los formatos digitales es
su relativa independencia de la máquina. Los archivos digitales pueden migrar
de un contenedor a otro sin ninguna variación. La imagen digital, por ejemplo,
es una remediación de la imagen fotográfica o cinematográfica; donde el medio
digital sustituye el medio analógico, pero no se debe olvidar que este proceso
de transcodificación es inocuo; es decir, la transcodificación no agrega
ninguna propiedad o signo al “nuevo” medio, por lo que el contenido es
imperecedero. Cualquier nuevo medio contiene al medio remediado con total
fidelidad.
La imagen impresa (Imagen-Materia) a
partir de una imagen digital (Imagen-Código) no es más original por tener mayor
o menor cantidad de impresiones (como ocurre, por ejemplo, con el grabado);
todas las copias digitales son “idénticas” mientras que todas las copias
analógicas (como es la impresión o representación en pantalla) son habitualmente
de calidad inferior[10]. La reproductibilidad
técnica es el fundamento de la Imagen-Código. Se podría decir que es más
auténtica la imagen inmaterial que yace en un archivo que la imagen material
que se ve impresa. La Imagen-Código, en este sentido, es ideal para la recuperación
de la Imagen-Materia (en caso de deterioro o rotura[11]).
La reproductibilidad no es condición
del valor simbólico de una obra, pero sí de lo informativo, que puede ser
replicado de forma infinita. La Imagen-Código no es una copia de la Imagen-Materia,
Imagen-Film o Imagen-Electrónica, sino una representación de la
misma, en un nuevo medio, cuyo fundamento es la reproductibilidad. Así,
el acceso a la información que describe una obra es asegurado por la
reproductibilidad. Mientras que el valor simbólico, solo puede ser asegurado
por las intervenciones de conservación y restauración. La Imagen-Código, en
este caso, no es más ni menos original que la obra a la que representa, porque
su condición no es sustituir su valor simbólico, sino que asegurar la
pervivencia de la información que describe dicha obra para su comprensión en un
tiempo futuro.
Figura 3. Imagen-Código. La
tabla de arriba representa los valores, dígitos, números, de la imagen de abajo
a la izquierda; en este caso un conjunto de tonos de gris (0=negro,
255=blanco). El modelo tridimensional de abajo a la derecha muestra una
alternativa de representación, en la cual los niveles digitales son usados como
alturas sobre un nivel de referencia igual a cero.
La
Imagen-Código, como herramienta de preservación, es más que el mapa de un
territorio. La imagen discreta es mucho mayor que la imagen continua que
representa porque su función no es la representación de la imagen “en sí”, sino
la representación de la información que describe todos los detalles, técnicas
de elaboración y formas de alteración. En este caso no se trata solo de
imágenes que representan la reflectancia del espectro visible, sino
representaciones de la gama de radiación electromagnética infrarroja,
ultravioleta e incluso multiespectral[12].
Pero “para que una imagen o fotografía
se comporte como una evidencia, es preciso que tenga la condición de certeza” (Pereira
2013, 2017). La certeza solo puede ser alcanzada a través del conocimiento del
método que ha producido dicha imagen. Así, como cualquier dato, el método es
más importante que el dato en sí.
El método de producción es lo que, a
nivel industrial, es tratado por el control, o la gestión de la calidad. Según
la ISO 9000 calidad se define como el “Grado en el que un conjunto de
características inherentes
de un objeto cumple
con los requisitos” (ISO 9000:2015
Sistemas de Gestión de la Calidad − Fundamentos y Vocabulario, apartado
3.6.2). De forma que, la calidad no es un atributo intrínseco al objeto, sino
que es aportado por el consumidor, tampoco puede ser determinada por el objeto
en sí, sino por el método de producción que da lugar a dicho objeto. Es decir,
si el método de producción se ajusta a unos requisitos producirá objetos que
satisfagan dichos requisitos.
Así, con frecuencia, los requisitos
técnicos en proyectos de transcodificación han sido sintetizados hasta lo
anecdótico, proponiéndose claramente como ineficientes cuando lo que se pretende
es que la Imagen-Código funcione como una herramienta de preservación de la
propia obra (Pereira 2018). Por tanto, la calidad tampoco es intrínseca a la
tecnología de transcodificación, sino que al método de producción. Los
requisitos definen al método, y el método articula la tecnología.
5. Transcodificación
La transcodificación hacia un formato digital es el proceso
que convierte una señal continua en una señal discreta. Básicamente consiste en
establecer una rejilla de valores discretos de luminancia y crominancia. El
píxel es una representación discreta del espacio (determinada, por ejemplo, por
las características del CCD del dispositivo de captura). Los valores de
luminancia y crominancia continuos se muestrean según el número de bits que se
empleen para darles valor. El teorema de muestreo determina las condiciones
técnicas precisas de la discretización, de manera tal, que sea posible
recuperar la señal continua “de partida” a partir de la señal “discreta”
obtenida mediante la digitalización, y la cuantización (selección del número de
bits) determina el error o diferencia entre la señal discreta y continua. Error
que puede ser mayor en la crominancia que en la luminancia debido a la no
linealidad del sistema perceptual visual.
Toda información contiene señal (útil,
deseable, relevante) y ruido (inútil, indeseable, irrelevante). El más grave
problema en la era de la posverdad es la separación de la señal del ruido. La
sobreabundancia de información tiene el perjuicio de que la señal suele
permanecer oculta en un mar de ruido. La calidad de la información depende de
la relación señal/ruido. Si la relación señal/ruido es débil, la información
obtenida carece de calidad, pero el ruido existe siempre. El problema no es el
ruido, sino que su relación con la señal sea lo más baja posible.
La discretización espacial de la imagen
continua determina la resolución del detalle; cuanto más pequeñas son las
muestras (tamaño del píxel), mayor es la capacidad para representar el detalle;
es decir, es posible obtener imágenes más nítidas. La capacidad para
representar el detalle de un sistema formado por una lente y un sensor digital
es descrita por la respuesta de frecuencia espacial (Spatial
Frequency Response, SFR). La SFR provee
información acerca de la nitidez de un sistema de discretización.
La cuantización o discretización de la
luminancia determina la intensidad de un pixel en
relación a la cantidad de luz reflejada por el área de la escena a la que
representa. La formación de la imagen en color es resultado de aplicar este
proceso a cada longitud de onda correspondiente al pico del Azul, Verde y Rojo,
representada en un modelo RGB. La
cuantización es descrita por la Función de Conversión Optoelectrónica (Optoelectronic Conversion
Function, OECF) o respuesta tonal; es decir, por
la relación de los niveles analógicos de luz de entrada con los niveles
digitales de salida. La OECF influye en la codificación del color, el nivel de
exposición, la neutralidad o balance de blanco y la sensibilidad. Así, la OECF
codifica la dimensión acromática del color, mientas que la representación de la
OECF, por cada canal en el modelo RGB, codifica la dimensión cromática del
color.
El ruido en una imagen digital puede
alterar la información de luminancia y crominancia produciendo aberraciones
geométricas y fotométricas[13] (alteración del contraste
por alteración en la luminancia y, por lo tanto, en la percepción de detalle,
etc.). El ruido no es parte de la información de la imagen sino es información
añadida en el proceso de formación de la imagen; es información presente en la
imagen, pero no en la escena.
Los parámetros de calidad en el proceso
de digitalización, que determinan la fidelidad de la imagen, han sido
sintetizados en recomendaciones del gobierno de Estados Unidos como el “Technical guidelines for digitizing archival materials for electronic access: Creation of production master
files–raster images” (Puglia et al. 2005) o en los Países Bajos, como el “Metamorfoze preservation imaging guidelines”
(Van Dormolen
et al. 2007).
La preocupación por la pertinencia de los procesos de transcodificación no ha
sido nunca una prioridad en nuestro país, aunque es posible encontrar un buen
número de trabajos de investigación desarrollados desde la década de los años
noventa que aborda este problema desde el punto de vista de la ciencia (Pereira
2018).
6. Presentación
La presentación, entendida como acceso
a la Imagen-Código a través del sistema perceptual visual, y
en definitiva, percepción, precisa de una interfaz, sea en forma de luz emitida
(pantalla) o luz reflejada (tinta/proyección), y este nuevo medio, exige de
nuevas reglas para su correcta comprensión.
Con frecuencia cuando se juzga una Imagen-Código,
no se juzga en base a su información numérica (colorimétrica, tonal, espacial,
etc.); se juzga en base a la percepción que se tiene de dicha imagen
(Imagen-Materia, Imagen-Film, Imagen-Electrónica), a través de cierta interfaz
o nuevo medio; es decir, no se juzga la Imagen-Código en términos de
información, se juzga la imagen construida bajo nuestra percepción en un
contexto particular.
No es posible juzgar en base a la
percepción sin equiparar o normalizar condiciones de visualización. El color
percibido, no es un atributo intrínseco del objeto, sino que es un estímulo que
se produce en nuestro sistema de visión en base a unas condiciones de
iluminación, un observador y una cierta cantidad de energía reflejada por dicho
objeto, además de la vecindad o el contexto de los colores es igualmente
crítico para su comprensión.
De igual forma, la capacidad de
discernir diferencias entre muestras de
color está limitada a una distancia mínima entre muestras de color (Just
Noticiable Difference, JND) y matiz del color (Melgosa et al. 2001); así como también por los fenómenos de
metamerismo derivados de la propia naturaleza del
modelo de tricomaticidad RGB, en base al cual los
humanos construyen el color a nivel fisiológico, independientemente de la
cantidad de energía reflejada por un objeto a lo largo de las diferentes
longitudes de onda. Un cambio de iluminante, un cambio de observador, o incluso
un cambio de la geometría de la luz sobre una superficie, motivado por acabados
como el brillo de los materiales, puede provocar fallos de metamerismo
y en consecuencia inducir un estímulo erróneo sobre el color observado.
Con el fin de asegurar la percepción de
una Imagen-Código, se debe recurrir a estándares de visualización como la ISO
3664:2009 Graphic
technology and photography –
Viewing conditions, que
propone unas condiciones de visualización normalizadas en base a los atributos
de calidad que describen a una fuente de iluminación: Temperatura de color
correlacionada (Correlated Color Temperature,
CCT), índice de reproducción del color (Color Render Index,
CRI) e intensidad; siendo la intensidad un factor
particularmente crítico, que con frecuencia es olvidado. La intensidad fija la
percepción del contraste (STEVENS, 1963) y el cromatismo de la imagen (Hunt
1952).
La Imagen-Código, entendida en términos
numéricos, no es más ni menos fiel por no ser percibida de forma acorde a
nuestra representación mental, sino que simplemente se puede corresponder más o
menos, con dicha representación mental, independientemente de la descripción
numérica del objeto o escena representado.
7. Conclusión
A lo largo de este artículo hemos visto
la Imagen-Código, como un producto patrimonial o cultural, que debe ser valorado
más allá de los límites de la percepción del ser humano y el estricto sentido
de utilidad que impulsan su creación.
Como en cualquier medio o soporte de
expresión artístico o documental, la profunda comprensión sobre sus técnicas de
elaboración y conservación son fundamentales para la preservación de la propia
obra o documento, así como de la información allí contenida.
La cotidianidad
de lo digital, en la sociedad actual, nos presenta a la Imagen-Código como un
producto de consumo más, que caduca a medida que lo hacen los dispositivos que le
dan forma. Esta obsolescencia tecnológica tiene una fuerte implicación en la
preservación de la memoria de nuestra sociedad actual hacia un tiempo futuro.
De esta forma, la comprensión de la
arquitectura de la imagen es fundamental; tanto para su elaboración,
presentación y en particular preservación de la información allí contenida. En
este artículo se desarrolla el concepto de Imagen-Código, tanto desde un punto
de vista conceptual como experimental, tanto para productores de imágenes como
para preservadores de imágenes.
La valorización de la Imagen-Código es
aportada en la medida de la comprensión de la información allí contenida por un
individuo o sociedad, así el patrimonio digital, al igual que el patrimonio
cultural es un constructo social, hecho a medida de la comprensión o
asimilación que el individuo experimenta sobre éste.
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Library of the Netherlands.
BIO
Ambos autores pertenecen al comité
técnico de normalización: CTN 050/SC 02 "Preservación Digital de obras
cinematográficas”.
[1]
El cine es un caso de imagen híbrida. Es material, en cuanto puede ser
percibida desde el celuloide; pero es inmaterial, en cuanto debe ser proyectada
mediante la conversión de la imagen almacenada en luz.
[2]
La restricción del tamaño está dada por su poder de reconstrucción y
establecida por el teorema de muestreo (algo que, por su complejidad, no será
tratado aquí). Dicho de otra manera, una imagen discreta que satisfaga las
restricciones impuestas por el teorema de muestreo, puede ser convertida a continua
sin pérdida de información.
[3]
Existen dos tipos de formación de la imagen discreta: codificación de una
imagen analógica o resultado de un proceso (vectorial o generativo). En
cualquier caso, toda imagen se reduce a un conjunto de píxeles.
[4]
Los espacios de color son tridimensionales pero suelen tener cierta
redundancia.
[5]
Ballart habla
del valor informativo como “un bien cultural es un objeto que ha acumulado
teoría, práctica, experiencia e investigación, en definitiva, es el resultado
del conocimiento humano acumulado” (1997).
[6]
Ballart hace referencia al valor simbólico como “hay objetos que han llegado hasta
nosotros que es bueno conservar para el bien público, ya que valen alguna cosa
más que la pura impresión que provocan al mirarlos; que tienen mérito y algunas
virtudes más que los hacen merecedores de un especial respeto y que quizá
guardan algún sentido ignoto que es preciso dilucidar” (1997).
[7]
De las tareas encargadas de
independizar la percepción del color de las cualidades de reproducción o
captación intrínsecas a los dispositivos que intervienen en el ciclo de
producción de la imagen, se encarga la gestión del color.
[8]
Entiéndase la evolutividad como el grado de adaptabilidad o mutación de las
partes de un sistema sin que afecte su comportamiento como un todo. Un sistema
es evolutivo cuando facilita el cambio de sus partes sin alterar su identidad
como un todo. La interacción de una multitud de subsistemas distintos produce
el “mismo” sistema.
[9]
La antifragilidad es un término creado por Taleb en su libro Antifrágil.
Las cosas que se benefician del desorden para oponerlo al de fragilidad;
habitualmente opuesto a la robustez. Lo antifrágil es lo contrario de lo
frágil. “La antifragilidad es más que resiliencia o robustez. Lo resiliente
aguanta los choques y sigue igual; lo antifrágil mejora” (Taleb 2014, 25).
[10]
En la
actualidad las gamas cromáticas y tonales disponibles para impresión o
pantalla, son, con frecuencia, más estrechas que las disponibles para las
imágenes a las que representan. Es decir, la cantidad de colores disponibles
totales en la imagen inmaterial están limitados por la profundidad de bit y el
espacio de color. En impresión o pantalla están limitados por la propia
capacidad de un dispositivo para reproducir un determinado número de colores o
gama.
[11]
Dicho de otra manera, es más fácil y fiel reimprimir la obra digital que
restaurar la analógica.
[12]
El término
multiespectral esta referido a la captura conjunta de múltiples bandas. El
número de bandas referido es arbitrario; es posible hablar de 4 bandas, 8
bandas, hasta 200 bandas (donde ya se hablaría de hiperspectral).
[13]
O radiométricas, en caso de que incluya el espectro no visible.