Gabriela Ibeth Navarro D.L.
Universidad de Poitiers
Blanca Elba García y García
Universidad de La Salle Ciudad de México
DOI: 10.33732/ASRI.6154
Recibido: (14 09 2023)
Aceptado: (21 12 2023)
Publicado (31 12 2023)
Cómo citar este artículo
Ibeth Navarro, Gabriela; Elba García y García, Blanca. (2023). Sentido pedagógico de las disciplinas artísticas desde la visión de los y las artistas. ASRI. Arte y Sociedad. Revista de investigación en Arte y Humanidades Digitales., (24), 47-60. https://doi.org/10.33732/ASRI.6154
Resumen
El objetivo fue identificar el sentido pedagógico de las disciplinas artísticas escénicas y visuales en los artistas que las profesan, así como el aprendizaje obtenido de éstas y la manera en que lo transfieren a su cotidianeidad. El sentido pedagógico se construyó a partir de cuatro atributos sustanciales: epistemológico, heurístico, hermenéutico y ontológico. Se realizó un análisis cualitativo con treinta y dos participantes quienes afirmaron que existe un aprendizaje que les permite llegar a formarse como personas y a vivir su propia realidad. Los hallazgos indican que además de los saberes que se alcanzan al estudiar una disciplina, ésta es una herramienta para actuar ante la vida, dado que genera arrobamiento, pasión, sentimiento de libertad. A través del arte, los entrevistados van creando su propia filosofía de vida, fortalecen su sistema axiológico y logran alcanzar un balance de vida.
Palabras clave
Sentido pedagógico, disciplinas artísticas, sentido ontológico, filosofía de vida
Abstract
The objective of this research was to identify the pedagogical significance perceived by professionals in different artistic disciplines such as visual and stage arts, as well as how the learnings from these disciplines have linked or transferred into their daily life. For the purposes of this work, the pedagogical significance was constructed from four substantial elements: epistemological, heuristic, hermeneutic and ontological.
The findings indicate that in addition to the knowledge attained through the study of a discipline it acts as a valuable tool for facing life as it captivates, build passion, and unleash body awareness and feeling of freedom. Through art, the interviewed create their philosophy of life, strengthen their axiological system, and reach life balance.
Keywords
pedagogical significance, artistic disciplines, ontological significance, life philosophy
El estudio describe la forma en que los artistas representan el sentido pedagógico del arte y la manera en que lo llevan a su cotidianeidad, a través de un modelo de interpretación constituido de cuatro sentidos: epistemológico, heurístico, hermenéutico y ontológico, recogiendo saberes, reflexiones y experiencias vividas por ellas/os.
Las artes se caracterizan por su exigua significación como acto de formación humana, no obstante, contribuyen al desarrollo holístico del individuo. El valor de las artes radica en la ontología del artista, siendo un proceso de formación y no una actividad solaz. De ahí la importancia de conocer el pensamiento de treinta y dos artistas sobre aquello que el arte les proporciona como aprendizaje y la manera en que lo transfieren a su acontecer cotidiano.
Barriga (2011) señala que el arte representa cosas existentes o construye cosas que no existen, cosas que son externas al hombre, pero que expresa también su vida interior. El arte comunica cosas nuevas sobre el trasfondo de las ya conocidas abriendo el mundo a lo no familiar e inesperado (Vilar, 2018).
Las artes tienen un valor intrínseco otorgando al artista la oportunidad de manifestar sus emociones desde su esencia como actores. Cada disciplina representa una acción formadora y el sistema axiológico de cada persona pone de manifiesto la naturaleza de sus valores generalmente con significaciones positivas, aun cuando Huerta y López (2012) evidencian que las artes, particularmente el teatro y la danza, no suelen reconocerse como procesos formativos.
Refiere a aquel aprendizaje que cada disciplina otorga y que el individuo aplica a su cotidianeidad y hacia la construcción de su identidad. Es todo aprendizaje generado en una actividad. El sentido pedagógico implica un modelo sistémico de formación en el que se desarrollan las capacidades y competencias para actuar ante la realidad y cotidianeidad. Asumir el sentido pedagógico es formar una actitud en la construcción de un mundo posible (Vargas, 2015).
Sentido epistemológico. Estudio de la naturaleza y generación del conocimiento, para comprender los acontecimientos susceptibles de representarse en los diversos escenarios desde las artes escénicas y/o visuales. Las artes son un potenciador de la construcción de saberes y de competencias socio-personales, es decir, favorece el desarrollo integral y holístico del individuo (Hernández, et al., 2018). Para Merchand (2010) las actividades artísticas son un mediador cultural que da conocimiento propio de cada especialidad, y desarrolla procesos cognoscitivos para enfrentarse al contexto social.
Fragoso (2019) señala que las artes llevan a los siguientes aprendizajes: dominio o formación profesional basado en conocimientos teórico-prácticos de cada especialidad, adquisición de competencias de expresión y comunicación, desarrollo de la percepción, apreciación y capacidad creativa. Asimismo, potencian competencias que ayudan a la comprensión del medio circundante. El arte y la ciencia, también se aprenden, como señalan García y Belén (2011), ambas formas de conocimiento son instrumentos para la comprensión del mundo y la realidad.
Las artes contribuyen al desarrollo del sistema axiológico que se desprende de sus contenidos y las formas de expresión que las caracterizan (Touriñán, 2011). Son también una manifestación de la sociedad y la cultura que contribuyen a la formación de valores. Hernández (2018) encuentra que en el teatro se alcanzan valores como la autenticidad, la credibilidad, la empatía y la libertad. Una experiencia importante es la práctica corporal, que conduce a fortalecer la percepción del cuerpo y su cuidado (Sastre, 2007). El movimiento lleva al individuo a la conciencia activa de su cuerpo, a su apropiación y a la construcción del sí mismo. “El cuerpo es esa entidad, esa relación dialógica entre naturaleza y cultura, brinda la oportunidad de explorar holísticas conectividades y significaciones; la diversidad del cuerpo es también la diversidad de la cultura” (Pérez, 2022, p. 162).
Belén (2019) señala que lo artístico implica un proceso relacional en el que se genera conocimiento genuino que modifica la realidad del artista, es decir, el arte educa para la vida. Berruezo y Morón (2021) resumen que las artes favorecen el desarrollo estético, socioemocional, cognoscitivo, espiritual y moral, las actitudes positivas y motivación hacia el aprendizaje mejoran la comunicación.
Sentido heurístico. Arte del descubrimiento, los individuos habrán de descubrir estrategias y destrezas que guíen su propia práctica transformándolas en acciones y la posibilidad de tratar los problemas (Jiménez y Pesci, 2020). Para Mandolini (2013) el arte es de naturaleza heurística, prepara a la invención, al descubrimiento y acepta los argumentos que conducen a la realización de proyectos, lo que para ello retoma de Aristóteles la relación arte-heurística: “todo arte consiste en producir, ejecutar y combinar los medios de dar vida a algo que puede existir como no existir; y cuyo principio (sentido) está en la persona que lo hace y no en la cosa hecha.” (p. 72).
Sentido hermenéutico. Proceso interpretativo que desarrollan los/as artistas para encontrar el significado del arte. Gadamer (citado por Aguilar, 2004) afirma que es el arte del entendimiento, que permite, interpretar y comprender los hechos humanos y el contexto socio histórico en el que se desarrollan. Montero (2005) sostiene que el arte, no es la mera reproducción de la realidad, sino la vía hacia una mirada objetiva de la vida. Los/as artistas construyen un significado a su formación congruente con sus proyectos escénicos, interiorizan su identidad y son autores/as de sus propios saberes. Hacen uso del arte como símbolo, en cuanto a que la interacción con el mundo está mediada por un proceso de pensamiento identificado como sistema simbólico (Montero, 2005). El arte representado en cada disciplina es el símbolo del artista para interactuar con su entorno. “El hombre no puede escapar de su propio logro, por lo que adopta las condiciones de su propia vida; ya no vive en un universo físico sino simbólico” (Montero, 2005, p. 2). Para abordar el arte como símbolo es necesario el lenguaje, ya que ambos oscilan constantemente entre la objetividad y la subjetividad en la interpretación de la realidad (Montero, 2005), de esta manera el arte ayuda al desarrollo del sentido hermenéutico en los artistas al hacer uso del lenguaje corporal, literario, musical y visual.
Sentido ontológico. Convoca a comprender nuestro ser humano, nuestro ser como actor, docente, educando. El arte es importante en la creación del sí mismo, del sentido del yo, el individuo aprende a conocerse aumentando su autonomía personal, construye su ser, su imaginario interior y las formas de relacionarse con los demás, conectándose con la realidad (Fragoso, 2019; Berruezo y Morón, 2021). La creación de un sí mismo es fuente de sentido simbólico desde donde el artista realiza su rol y ejerce su actividad (Castell, 2002). La relación con el arte favorece el autoconocimiento, la autodeterminación, la reivindicación y el empoderamiento. Berruezo y Morón (2021) encuentran que la experiencia artística permite reconocer los talentos y valorarse a sí mismos/as por encima de las características personales. La construcción de identidad se fortalece pues aumenta la confianza en sí mismo alcanzando la realización personal. El arte es herramienta de exploración personal para encontrarse a sí mismo fortaleciendo su esencia y singularidad (Prioló, 2019).
Siguiendo un muestreo intencional a través de la técnica de bola de nieve se entrevistaron 32 artistas con amplia trayectoria procedentes de España, Francia, México, Argentina y Cuba. Las disciplinas incluidas fueron danza, teatro, música, pintura, arquitectura, fotografía y cine.
La entrevista se basa en dos preguntas: “¿Qué me ha enseñado la disciplina para actuar en mi vida cotidiana? ¿Qué me ha enseñado la disciplina en mi esencia como persona?”. Treinta participantes fueron contactados vía WhatsApp, los dos restantes entrevistados al concluir su actuación en el escenario. Se obtuvieron 12 cuartillas de donde emergieron las catorce subcategorías que describen cada uno de los sentidos explorados. Se utilizó la teoría fundamentada de Strauss y Corbin (2002) para el análisis cualitativo, a través del Atlas.ti. Se procedió a la codificación abierta de las subcategorías y a la codificación axial para interrelacionarlas. La codificación selectiva permitió describir comprehensivamente el modelo propuesto en la figura 1.
En la figura 1 se observan los atributos del sentido pedagógico del arte y la interrelación entre las subcategorías. Los resultados se presentan por cada sentido analizado.
Sentido Epistemológico. Las subcategorías que emergieron son: conocimiento obtenido; procesos cognoscitivos; motivación y perseverancia.
Conocimiento obtenido
Se conforma de cuatro formas de conocimiento adquirido a lo largo de la experiencia artística:
- Conocimiento teórico-práctico. Para los/as participantes el arte requiere de conocimientos y habilidades para desempeñarse, lo que les permite abrir sus sentidos para trabajar, una participante menciona “[…]no es bailar sino interpretar técnicamente […]”. Este conocimiento encamina a apreciar el arte, a descubrir su sentido e incluso acercarse a la ciencia. Una pianista-matemática comenta: “[…] me dio una formación muy completa, que implica mayor disciplina para hacer las cosas, una mejor memoria, el gusto por la ciencia y las matemáticas […]”. Así ciencia y arte son saberes que permiten estar en el mundo, García y Belén (2011) señalan que ambos son ámbitos de la experiencia humana que permite interpretar la realidad. También el conocimiento de las técnicas desarrolla sensibilidad hacia los contenidos artísticos, “[…] Aprender música me ha enseñado a apreciar, con mejor detalle la música y su importancia en la vida cotidiana […].
- Apropiación corporal. Las/os artistas aprenden la corporalidad, conocen su cuerpo, su funcionalidad. El cuerpo se vuelve objeto de culto, tiene que ser cuidado, ejercitado y amado, ocupa un lugar importante en su identidad (Ferreira, 2009). Esta valoración conduce al mantenimiento de la salud, a estar bien con sus cuerpos y con su vida: “[…] la danza ayudó a tener control de mi cuerpo, aprendí a cuidarlo […]”. La apropiación de su cuerpo lleva a crear una imagen interiorizada del sí mismo y se vuelve un componente esencial de su identidad (Monasterio, 2016; Belén, 2011; Fructuoso y Gómez, 2001). A través del movimiento se agencian de su cuerpo y lo concientizan, estos procesos conllevan a diversos estados psicológicos y a la conexión con los demás (Pérez, 2022; Monasterio, 2016).
- Disciplina. Los participantes aprendieron las reglas que guían su desempeño y técnica interpretativa. Desarrollan el autocontrol y compromiso para afrontar los retos sin perder su objetivo. Un bailarín expresa: “[…] la danza me proporcionó disciplina y estructura […]otra bailarina-arquitecta señala: “Me ha enseñado la disciplina, el rigor, un método y ritmo de trabajo […]”.
- Habilidades de expresión. La esencia del arte es la expresión y la posibilidad de comunicar situaciones sociales y personales. En este elemento surgieron dos vertientes, por un lado, es un medio de expresión personal y por el otro, permite el contacto y comunicación, Ruiz (2018) afirma que el arte es un acto comunicativo. En la medida que el artista se puede expresar para sí mismo, alcanza un recurso para expresar sentimientos que de otra manera estarían silenciados (Llinás, 2009). “[…] La danza! La pintura, ambas son expresiones que surgen desde lo más íntimo […]; “[…] lenguaje no verbal que tanto nos dice de nosotros mismos y de los demás […].
La cognición humana, a decir de González y León (2013), es la forma en que se expresa la mente que construye y procesa información, contribuye a la elaboración y asimilación de los conocimientos y justamente el aprendizaje artístico logra este objetivo. La educación debe proporcionar estrategias de enseñanza que permita resolver problemas (González y León, 2013), todo esto lo estimula la enseñanza del arte. Los participantes mencionaron que el arte afina su percepción del mundo, su atención y concentración, pues contribuye al desarrollo de su memoria, los conduce a tomar mejores decisiones y ser más creativos, un participante menciona: “[…] aprendí a estructurar mentalmente a partir de la abstracción del movimiento […]”.
Incursionar en el arte enseña a los participantes a cultivar la motivación y la perseverancia, dos valores esenciales para alcanzar los ideales de vida. Estas cualidades hacen que las/os artistas no se rindan, que busquen maneras de seguir adelante, dejando de lado pretextos y procrastinación. Sostienen que el arte alimenta su fuerza de voluntad y energía para mantenerse en movimiento. “[…] me motiva a seguir aprendiendo día tras día […]”. Estas dos destrezas no cognoscitivas, forman un binomio para crecer como persona, son los motores que ponen en marcha los talentos (Duckworth, 2015).
Sentido Heurístico. Centrado en el proceso creativo conlleva al arduo trabajo produciendo un efecto terapéutico que permite alcanzar un balance en su vida.
El proceso creativo es inherente al artista, forma parte de su naturaleza y cada uno lo desarrolla de acuerdo con sus fines artísticos y de vida, “[…] no siempre es instantáneo […]”. Cada participante confiere un significado importante a su proceso creativo. Las artes visuales permiten “[…]analizar y reflexionar a fin de encontrar la expresión correcta de sentimientos a través de la obra que está en génesis. En la danza se “[…] brinda la oportunidad de explorar y expresar las emociones y sentimientos emanados de la ejecución […]”. En la dramaturgia “[…] hablamos desde el poder, desde la traición, desde el amor y desamor, desde un teatro testimonial […]”, lo que “ayuda a mi creatividad.” En la pintura “[…] hablamos con los colores […]”. Ríos (2016) sostiene que “el artista debe ser creativo para que sus obras sean originales, es decir asume independencia en su rol de sujeto creativo” (p. 48). Esto no significa que la creatividad desafíe a la mnemotecnia ya que también es una estrategia de aprendizaje (Calvo, 2022). Ivcevic, Hoffmann y Brackett (2014) señalan que el contacto con el arte puede ser una poderosa herramienta de enseñanza para mejorar las habilidades de inteligencia emocional y la creatividad en la vida cotidiana y profesional. Los encuestados conciben que el sentido heurístico es el vínculo que les permite imaginar su creación artística.
Las artes se rigen por un arduo trabajo. Los entrevistados/as señalan que “[…] no es fácil conseguir lo que quieres sino trabajas por ello […]”. La severidad radica en la búsqueda de la perfección del movimiento, del ritmo, de la imagen y del color. La dedicación, la rigurosidad con que se ejecute, la perfección que se persigue, todo en conjunto genera la ruta para “ […] crear un plan, ejecutarlo y obtener un resultado […]” así lo decían los griegos, ciertamente hay que trabajar para lograr.
En el artista el trabajo es más severo porque debe atender el aspecto técnico, artístico, escénico y creativo, convirtiendo al trabajo en una condición humana y una forma de conocimiento, de ahí el sentido pedagógico del arte.
Refiere al alivio del cuerpo, del pensamiento, del alma, sin recurrir al alivio físico, sino a acallar las conductas que se engendran en los artistas al momento de actuar y que transfieren a su día a día. El arte es el medicamento del alma, del cuerpo, de los sentimientos, tal como lo narran los/as informantes. Las disciplinas ofrecen reconfortase consigo mismo, generando un clima emocional, resiliente en la cotidianeidad. El arte tiene un efecto homeostático porque permite un balance saludable en el actuar de cada persona, pone en equilibrio “[…] mi estado anímico […]” y ayuda a “[…] resistir dificultades y la fortaleza para volver a levantarnos de cada caída cuantas veces sea necesario […]”. El teatro es terapéutico dado que “[…] es una forma de liberar cadenas que no se ven, prejuicios, la moral como ser humano […]”. Y la música “[…] ¡es una caricia al corazón! Sosiega mi alma […]”, “[…]me doy cuenta que sigo vivo y que vale la pena seguir viviendo […]”. El arte en la escena, “[…] permite en la vida canalizar cosas y cuestionarlas […]”, es un lugar para “[…]quitar mis miedos y expresar mis alegrías […]”, esto mismo sucede en la música, pues no solo inhibe el estrés, sino que da vitalidad.
Kalliath y Brough (2008) señalan que balance de vida es el nivel de satisfacción que sienten las personas con su propio desempeño en varios dominios de su vida para funcionar de manera óptima, muestra de ello, los/as informantes manifiestan que la música y la danza “[…] me dan un balance en mi vida cotidiana […]”, en general el arte “[…] me aporta calidad de vida […]”, “[…] permitiéndome descubrir cualidades que aprovechar o deficiencias que mejorar […]” a fin de ir “[…]transitando sin frustraciones […]” .
Otros encuestados señalan que dedicarse al arte facilita llevar “[…] un mejor modo de vida […]” estructurada y planificada. Encontrar el equilibrio o balance entre vida y carrera, conlleva a un estado de armonía destinando desde luego, tiempo y energía. En este estudio el término armonía resulta apropiado sobre todo cuando se trata de las artes y su compatibilidad con la cotidianeidad. La danza “[…]me ayudó a despertar la sensibilidad, despertó en mí de manera natural la armonía […]”.
Sentido Hermenéutico. Conformado de cinco subcategorías como se observa en la figura 1.
El valor es una cualidad estructural y fundamentalmente relacional entre el sujeto que valora y un el objeto valorado (Rincón, 2006), la valoración “tiene siempre un carácter íntimo e inmediato, no pudiéndose separar de la subjetividad de las preferencias individuales o colectivas” (Verdera, 2006, p. 25). Para los artistas como sujetos, el tiempo es su objeto más preciado al que le atribuyen gran importancia y su máxima valoración. En esta subcategoría, se incluyen las expresiones de los participantes, referidas a la valoración que le otorgan a la cantidad de horas diarias consagradas al ritmo de trabajo para lograr su objetivo profesional y de vocación artística. El tiempo es ese recurso intangible y no renovable que les permite entenderlo y dedicarse entregadamente a su disciplina, porque reconocen tal como lo expresa Pérez (2020) que el tiempo se marcha y no regresa, es fin o principio según donde se inserte uno en él (s/p), así lo reafirman “[…] el arte depende mucho del tiempo que se le dedique […]” por consiguiente el tiempo consagrado al trabajo técnico, al escénico y al artístico va a la búsqueda del éxito en la mente del artista.
Entendido también como enajenamiento y éxtasis, es el estado en el que una persona siente con gran intensidad placer, admiración y alegría con la actividad que está desarrollando y se concentra al máximo en ella, de tal manera que no puede pensar en nada más. Por ello, esta subcategoría acogió a los informantes que expresaron que, al momento de bailar, pintar, cantar, actuar, tocar un instrumento o captar una imagen, se produce en ellos un sentimiento sublime y todo lo demás se vuelve insignificante, se olvidan de todo:“[…] son momentos únicos […]”, “[…] el tiempo, la gente, las preocupaciones dejan de existir […]”, “[…] lo que coadyuva a sacar de la vida la ilusión, el sueño, la imaginación y consecuentemente plasmarlo en un papel, en un lienzo […]” o interpretarlo en la escena. El arrobamiento entonces conlleva a un estado de felicidad, en donde las personas alcanzan su máximo potencial, fluyen, tal como lo señala Csikszentmihalyi (2011) en sus estudios sobre la felicidad y el bienestar subjetivo. Las personas son más felices cuando se encuentran en un estado óptimo de motivación, en el que el tiempo suele ignorarse, es entonces desde una mirada más profunda que se engendra esa pasión por el arte.
Es aquel sentimiento que domina la voluntad y la razón humana, aquella emoción que establece una fuerte afinidad y apego con el arte, coincidente con lo que los informantes reconocen al sentir una versión pasional de sus disciplinas. Al sentir pasión por la danza “[…] se abren las puertas del cuerpo, de la mente, del espíritu […]”, “[…] el teatro es mi profesión y mi pasión […]”, “[…] y el cine es exactamente lo que yo estoy viviendo a través de todas las experiencias y vivencias de todos los seres humanos, esto me apasiona […]”. Estas manifestaciones hablan del virtuosismo e inteligencia de los participantes apasionados por su vocación, según Csikszentmihalyi (2011) el secreto de la felicidad nace de la pasión por lo que se hace.
Se deja ver la activación del sistema axiológico de las/os participantes con dos valores humanos: compromiso y la responsabilidad. Los participantes aluden al compromiso y responsabilidad en su actuar, e interactuar con su entorno, incluso son capaces de compararse con aquellas personas que no estudian o no profesan alguna disciplina artística como la danza “[…]Algo que veo en mis compañeros que no tienen compromiso, prefieren salir y descansar, sin comprometerse ante sus deberes y obligaciones diarias […]”, aquí se reafirma que ambos valores impactan en el arte y en la vida misma.
Esta categoría se nutre de numerosas premisas expresadas por los artistas, lo que la convierte en una de las más densas del estudio. Vínculo es entendido como aquel ligamen entre el artista y los demás, en el que el arte permite sentirse útil en su entorno, lo que los colma de gran satisfacción y bienestar.
El arte, señalan, “[…] coadyuva a ser sociable […]”, “[…] a desarrollar la sensibilidad para convivir […]”, “[…] a contribuir en la solución de problemáticas difíciles de vida de los otros […]”. El vínculo también ofrece “[…] oportunidades de trabajo y de conocer personas y culturas increíbles […]”. Con estas narrativas es tangible identificar el enfoque pedagógico de la danza, en este caso, que según Ferreira (2009) se basa en un modelo didáctico integrador y desarrollador, que por medio de sus componentes apunta a la formación y su incorporación en la sociedad.
Sentido Ontológico. Dos dimensiones definen su esencia como artistas.
Refiere a la forma en que los participantes construyen su identidad, el sí mismo como alguien autónomo y diferenciado de los demás. Esta categoría engloba tres subcategorías: convertirse en persona, la fortaleza y la vivencia de libertad.
- Convertirse en persona. Viaje que dura toda la vida permitiendo la construcción y transformación constantes de la personalidad cuyo fin último es la autorrealización (Rogers, 1989). A través de las artes los participantes se van perfilando como seres únicos, señalando que el arte “[…]ayudó a construirme como persona y me sirve en mi vida personal […]”, “[…]ayudó a formar un carácter […]”. Seguir el camino artístico los llevó al crecimiento y desarrollo de su propio yo, descubriendo sus características legítimas y esenciales que perciben como su auténtica forma de ser para “[…]encontrarse consigo mismos […]”.
- La fortaleza. Los participantes descubren y alcanzan fortalezas adaptativas, que incluso los llevan a lograr bienestar y trascendencia como seres humanos. Han encontrado virtudes como la confianza, la honestidad, la seguridad y el despertar de su conciencia. Esos rasgos positivos favorecen el crecimiento personal, la empatía, el entendimiento de las fortalezas y el descubrimiento de las debilidades a ser superadas (Seligman, 2011; Niemiec, 2019). Los informantes refieren “[…] he aprendido a sentir más confianza […]”, “[…] siento ver ese espacio seguro […]”.
- Experiencia de libertad. Dedicarse al arte crea sentimientos de autonomía para expresarse sin limitaciones. Desarrollan capacidad de autogobierno y generar sus propias reglas, se abrogan el derecho de tomar decisiones sin influencias externas. Son capaces de dirigir su propia conducta, volviéndose responsables de sí mismos y sus acciones. A decir de Rogers (1989), los sentimientos de libertad surgen cuando aparece la conciencia de que se tienen oportunidades, los informantes encuentran formas de ser, de expresarse, se llenan de recursos que van dando sentido a sus vidas y a su profesión “[…] mi vida cotidiana me ha dado la libertad de ser yo misma sin esperar ningún tipo de asentimiento externo […]”
Los participantes se definen a través del arte, construyen un paradigma sobre la visión del mundo, sobre su existencia que se vuelve vital para su cotidianeidad. Según Hadot (2009) esta acepción de filosofía es un saber que permite a cada individuo reflexionar sobre su experiencia de vida, plantearse cómo vivir de una forma distinta, plena y humana. Los participantes mencionan que el arte contribuyó a darle sentido a su modo de vida, “[…] Danzo, luego existo […]” y “[…] así decidí vivir a través de las artes […]”. “[…] le da un sentido importante y único a la existencia […]”. El arte se vuelve el paradigma, los lentes a través del cual observan la vida y el mundo que los rodea y esta visión los lleva al descubrimiento de su propia vocación.
Del análisis anterior se deriva lo que en 2011 señalaban García y Belén, “el mundo del arte requiere primero del reconocimiento de la obra de arte como generadora de conocimiento y de que este conocimiento, sin ser necesariamente científico, permite interpretar la realidad” (p. 91). Desde esta perspectiva, los entrevistados dan muestra que las disciplinas artísticas son el conducto para desarrollar en cada individuo su ontología como ser, como persona, como actor, como ente educado, ya que éstas tienen un componente cognoscitivo, axiológico, heurístico, hermenéutico, orientados a concebir el sentido pedagógico del arte y encontrar esa conexión entre arte, ciencia, filosofía, plasmándola en diversas obras plásticas (Fernández, 2018).
Se deduce, que la formación artística dota al artista de recursos para interpretar la vida cotidiana con sentido humano y ser resilientes y empáticos ante las adversidades. Este es el sentido pedagógico identificado en los relatos, es un modelo sistémico de formación en el que cada sentido representa las capacidades y competencias necesarias para actuar ante sus propias realidades.
Es importante fortalecer nuestro sentido ontológico a partir de las disciplinas artísticas como herramientas de vida. Como docentes involucrar al arte durante la práctica pedagógica es una tarea apremiante, pues “cualquier persona tiene en su cabeza ontologías mediante las que representa y entiende el mundo que lo rodea” (Guzmán, López y Torres, 2012, p. 134).
En otro orden de ideas, pareciera ser que lo artístico y lo académico no se relacionan, ya que los artistas escriben desde el arte y los académicos desde lo científico, no obstante, en este estudio se partió de la lógica del compromiso, de un trabajo en equipo y colaborativo (Bolívar, 2013) donde se conjugan las dos perspectivas. Aquí se retoma la pregunta de Borgdorff (2010) ¿En qué se diferencia la investigación artística de la académica o científica?
También es importante reconocer, que las disciplinas artísticas asumen una función transformadora. El tema expuesto invita al lector, siendo artista o no, a cuestionarse si al presenciar o involucrarse en una representación artística logra identificar su sentido pedagógico y si el conocimiento obtenido lo transfiere a su hábitat cotidiano, entendiendo el arte también como vida (López, 2022), de ser así, en el proscenio perdurará la ovación y en la academia el fortalecimiento de la investigación. Es aquí donde la ciencia y el arte se encuentran.
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Gabriela Ibeth es doctora en Educación por la Universidad de Paris 10, Francia. Docente de Posgrado en universidades mexicanas, directora de Memoires en la Universidad de Poitiers y tutora de tesis doctorales.
Miembro del Consejo Directivo de la RED de Investigación Educativa, Encuentra tu par. Ha participado en proyectos y programas institucionales internacionales en educación superior en Europa y México y dictado conferencias en Francia, Argentina, Cuba y México. Articulista con temáticas de tutorías, evaluación, (ANECA España,), escritura académica (Colombia, Francia, en proceso) y publicado libro sobre la evaluación del aprendizaje en las universidades francesas.
Exbailarina profesional (3590 representaciones en escena). Docente de danza clásica, coreógrafa. (40 años de docencia artística). Jurado de concursos internacionales. ExPresidenta de la Asociación Artidanz, reconocida por el gobierno francés. Publicaciones en temas artísticos. Miembro de la Sociedad Mexicana de Maestros de Danza y de asociaciones francesas de danza.
Líneas de investigación: evaluación universitaria, tutorías, formación en investigación, escritura académica, investigación artística. fac141429@yahoo.com.ar
Blanca Elba García y García es doctora en Psicología Social, profesora e investigadora en el Doctorado de la Facultad de Negocios de la Universidad la Salle, Cd. De México, así como Consultora Senior de DAR Soluciones Globales. Es especialista en problemas de aprendizaje.
Fue Coordinadora del Posgrado en Psicología de la Universidad de las Américas, Cd. de México. Fue profesora e Investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha dictado conferencias y escrito artículos sobre diversas problemáticas de género, violencia de género y educación. Actualmente imparte Cursos de capacitación empresarial y de Metodología cualitativa y cuantitativa, así como el uso de software para el análisis de datos. Miembro de comités editoriales de revistas científicas.
Líneas de investigación: Tutorías en posgrado, acoso sexual, investigación artística blancagarcia@lasallistas.org.mx